martes, 29 de noviembre de 2011

La otra cara de la misma moneda

La siguiente partida es presentada por algunos autores como un ejemplo de superioridad de la pareja de alfiles sobre la pareja de caballos. Pero si realmente analizamos la partida veremos claramente que no puede ser tomada como tal. La lucha fue feroz, y Rubinstein logró "solamente" superar un poco mejor los problemas que la partida presentó:


Rubinstein, Akiba - Chigorin, Mikhail

Result: 1-0
Site: Lodz
Date: 1906
Pareja de Alfiles vs Pareja de Caballos. [...] 1.d4 d5 2.¤f3 ¥g4 3.e3 e6 4.c4 ¤c6 5.¤c3 ¥b4 6.£b3 ¤ge7 7.¥d2 O-O 8.cxd5 ¤xd5 9.¥d3 ¥xf3 10.gxf3 ¦b8 11.O-O-O ¥xc3 12.bxc3 Entrando en materia. ¿Cómo evaluar esta posición? La verdad es que no es nada fácil hacer una evaluación de la posición resultante. Las blancas tienen la famosa pareja de alfiles pero nos encontramos en una posición con enroques en flancos opuestos donde el rey blanco no es la octava maravilla del mundo y, también debemos conciderar que la movilidad de los peones blancos se ve afectada por los peones doblados. En fin, a falta de algo más claro debo de evaluar esta posición como complicada con juego para ambos bandos.

12...b5 13.e4 ¤de7 14.¦hg1 a5 El negro intenta explotar su mayor triunfo: la poca segura posición del rey blanco.

15.¥e3 ¤g6 16.f4 £h4 El juego se desarrolla en todos los frentes con lo cual el valor de la iniciativa aumenta considerablemente. Las negras pretenden obligar al blanco a avanzar sus peones antes de que esten preparados para hacerlo eficientemente. Si por ejemplo, en este momento el blanco debiera jugar 17. f5 para salvar su peón f, entonces el negro jugaría 17... exf y tras 18. ef Cf4 el negro obtendría una posición donde los alfiles blancos nada podrían hacer ante los activos caballos negros.

(16...£f6 17.e5 /\ 18. f5) 17.d5! En el momento justo. No por nada se lo considera a Akiba Rubinstein uno de los mejores jugadores de todo los tiempos. Su entendimiento del juego era elevadisimo. Repito, todo hace parecer que la clave de esta posición es la iniciativa. Hay que luchar para generar amenazas y de esta manera obligar a nuestro rival a desatender sus propias ideas.

(17.f5 exf5 18.exf5 ¤f4) 17...a4
(17...exd5 18.£xd5 ¤ce7 19.£g5± Sin damas, la seguridad del rey blanco no correrí­a peligro y el blanco estarí­a mejor.

19...£xg5 20.¦xg5!
(20.fxg5 ¤e5 21.f4!? Recordemos que: teniendo la pareja de alfiles muchas veces deberemos cederla para obtener algo a cambio.

(21.¥e2) 21...¤xd3 22.¦xd3² con el mejor tandem B+R vs N+ y además la columna abierta.)
20...c6 21.a4 muestra a las claras quien adquiere la iniciativa.)
18.£a3 exd5 19.exd5 ¤ce7 20.£c5 Las blancas necesitaban activar su dama a toda costa. Como vemos esto no es una partida unilateral donde los "fuertes" alfiles blancos se imponen a los "debiles" caballos negros. No, nada de eso esto es una gran lucha donde el valor de cada jugada es alto y ambos jugadores están jugando "jugada a jugada" tratando de volcar el juego a su favor.

20...¤xf4 21.¥xb5 A primera vista esto debilita aún más al rey blanco, pero no hay alternativa el blanco debe activar al máximo sus piezas.

21...¤f5?! Esto alivia la situación blanca.
(Tras la incorporación de la última pieza negra al juego con 21...¦fd8 la posición adquirirí­a su máxima complejidad y las chances negras no serían inferiores en modo alguno a las blancas.)
22.£c4! Esto fuerza la simplificación. 22...¤d6 23.£xf4 £xf4 24.¥xf4 ¦xb5 La posición se ha simplificado en gran medida. Posiblemente el blanco tenga alguna ventaja práctica pero el negro debería ser capaz de resistir sin mayores problemas.

25.¢c2 a3 No me gusta. Aunque no es mala en si misma, esta jugada no me gusta puesto que crea una debilidad.

26.¥c1 ¦a8 27.¦g4 f5 28.¦b4 ¦ba5 29.¥f4 ¢f7
(29...¦e8!? con la intención de jugar a base de actividad.)
30.¥xd6 cxd6 31.¦b7 Ahora la torre se ha infiltrado. 31...¢f6 32.¦d7 ¦8a6?? Esta es la razón de la derrota. El negro no debió optar por la defensa pasiva, lo cual en los finales de torre generalmente es un suicidio.


(32...¦b8 33.¦xd6 ¢e7 34.¦e6 ¢f7 35.c4 ¦b2 36.¢c3 ¦xa2 con contrajuego.)
33.c4 ¦b6 34.f4! Un toque de clase. 34...g5 (34...¦b2 35.¢c3 ¦xa2 36.¦e1) 35.fxg5 ¢xg5 36.¢c3 h5 37.h4 ¢g4 38.¦g7 ¢f4 39.¦g6 ¢f3 40.¦f1 ¢e2 41.¦xf5
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