Bien tras esta explicación vamos a los trebejos:
Hace unos días le estaba enseñando algunos de los principios básicos de los finales a un amigo. Ayer de noche mientras reflexionaba sobre algunos de los aspectos que le había enseñado se me ocurrió el siguiente ejercicio:
Al mirar el siguiente diagrama, cuente mentalmente desde el 1001 hasta el 1005 y luego sugiera una jugada para el blanco. (Por favor, en esta primera instancia no mire el diagrama por más de 5 segundos)
Juegan las Blancas
¿Para qué sirve un ejercicio de estas características?
Sirve principalmente para mostrarnos nuestros instintos aquello que se ha transformado en actos reflejos.
Respuesta: Si usted, pasó por alto la amenaza de mate de las negras.... entonces, lo siento: GAME OVER, nos vemos en la próxima.
Si usted para parar dicha amenaza se creo un aire jugando h3 o incluso h4, evitó lo peor pero su jugada no es ni por asomo buena desde el punto de vista técnico.
Si usted, a caso, se decidió por g3 o g4, con la idea de que el rey estará en el futuro más cerca del centro, la verdad es que lo entiendo, pero no es lo mejor.
Si usted, jugó f3 o f4, upss .... hasta simpatizaría con su idea, pero es tácticamente incorrecta ya que nos juegan Td1 y luego Td2 y para finalizar Tb2.
La solución correcta es Rf1! Si se pregunta por qué razón, la respuesta es sencilla: en los finales siempre tenemos que estar urgidos instintivamente con llevar nuestro rey al centro. A pesar que este es un conocimiento básico que muchos jugadores conocen teóricamente hablando, en la práctica no lo aplican. Y esto muchas veces es equivalente a no tener idea del mismo. Para que instintivamente quicieramos llevar el rey al centro debemos trabajar en los principios básicos hasta lograr un conocimiento tácito de los mismos.
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