jueves, 10 de abril de 2014

J'accuse .... (Yo acuso)

Permitanme la blasfemia de utilizar el emblematico título de Émile Zola para cometer una blasfemia ajedrecistica....

Te acuso a ti: Aleksandr Aleksándrovich Kótov de haber sido el culpable de retrazar y/o impedir mi avance. Partiendo de la base que encontrar a alguien externo a quien culpar de nuestras deficiencias es siempre muy bueno para nuestro tonto ego, les paso a mostrar "las pruebas" del "delito" del celebre maestro.

GM Alexandr Kotov
 
Siempre he tenido problemas con el cálculo de variantes (utilizando el famoso método de Kotov, ¿La panacea?) y estoy convencido que uno de los culpables de esto es el siguiente ejemplo.
Mi primer mentor, Mario Dávila, es fanático de este método y siempre me contaba como trabajaba con el GM Andrés Rodriguez cuando este era niño. Así que yo tenía las nociones del sistema incluso antes de haber leído el libro "Piense como un Gran Maestro".


Decidido a solucionar el problema que mis cálculos me estaban causando, quería utilizar los ejemplos presentados, en el mencionado libro, desde el principio:

Juegan las Blancas





Kotov escribía: "El ataque del blanco en el flanco de Rey parece muy amenazador y, naturalmente, el maestro que jugaba con las blancas intentaba encontrar un camino concreto para destrozar al Rey enemigo o conseguir alguna ventaja decisiva. Como no es muy difícil de ver, esta línea concreta entraña un sacrificio."
Puse la posición en el tablero, retire el libro, y empecé a trabajar en las jugadas candidatas y el cálculo de las variantes.

Luego, al ya haberme decidido por la continuación que yo estimava mejor, consulte el libro y leí lo siguiente:



"Tengo que sacrificar se dice el maestro-, pero que pieza? Hay varias posibilidades: 26.Axh6; 26.Cxg6; 26.Cg4 y 27.Cxh6." Luego se pone a desarrollar estas variantes como sigue:

1.Axh6  

1.Cxg6 Axg3 2.hxg3 fxg6 3.Txe6 gxh5 4.Txf6+ Rh7–+; 

1.Cg4 Df5

a) 1...Dxd4 2.Cxh6+ gxh6 3.Txg6+ (3.Txe6!) ;

b) 1...Dh4 2.Cxh6+ Rf8! 3.Dxh4 Cxh4 4.Cxf7 Rxf7 5.Axe6+ Rf8 6.Tg4 Cxg2 7.Ab4+ Ad6 8.Axd6+ Txd6 9.Axc8 Cxe1 10.Axb7;

2.Cxh6+ gxh6 3.Dxf5 exf5 4.Txg6+ Rh7 5.Txh6+ Rg7 6.Th5+–; 1.Ac3 Cf4 2.Dg4 h5 3.Dd1 h4]

1...gxh6 2.Dxh6 Axe5 3.Txe5 Dg7 4.De3 Ad5  

Yo quede de "cara", totalmente cofuso y ofuscado...
 

¿Cómo es posible que yo sea tan malo ajedrecisticamente que mi jugada candidata principal ni siquiera merezca la atención de alguien que esta dando "todas"? No, no, indudablemente el calculo no es lo mio me decía algo debo de estar pasando por alto que es tan sencillo que no merece la pena ni mostrarlo. Mejor, me pongo a hacer algo más, por ejemplo a solucionar combinaciones a ver si mejoro.

Lo más triste es que esto me sucedió más de una vez con el mismo ejemplo. Pasado un tiempo, habiéndome olvidado el por qué había desechado el libro caía nuevamente en el mismo extraño fenomeno (en este caso, totalmente mi culpa) de volver a este ejercicio y proponer justamente la misma "tonta" jugada que no era mencionada en el libro). Como si fuera poco no tenía al amigo "Fritz" ni ningun pariente de este para que me desasnara. El punto culminante fue cuando ya tenía la compu y descubrí que yo tenía razón y el equivocado (en mis notas notas originales no dice "equivocado" sino que soy un poquitin más duro con el maestro) era Kotov.
Ejercicio: ¿Cuál esa jugada candidata, pasada por alto por Kotov? ¡¡Que gana!!

Ayer, en un curso sobre cálculo que está brindando el GM Rafael Leitao, él mostró no solamente mi "solución", la cual ya había visto también señalada en un libro de Soltis, sino que también mostró diversos errores en las líneas que Kotov si analizó. 
Por supuesto eso es, en cierta forma, menos grave que estar hablando de "candidatas" y justamente omitir totalmente la que gana de forma más categorica.

Para terminar quisiera confesar que en realidad, al fin de cuentas y bien que lo se, el culpable siempre he sido yo. Resientemente, el GM Francisco Vallejo ponía en su twitter:
 
"Lo más fácil es no esforzarse al máximo, así se tiene la excusa perfecta si no se consigue. Apuros de tiempo, mala preparación...Quien da más?"

No cometan el error de culpar a terceros por sus desaciertos, sigan trabajando...

1 comentario:

  1. El tema de ese ejemplo es muy común, hoy en día. Pero no por eso alexander kotov es el culpable de nuestro progreso lento. Es cierto que Kotov expuso la idea del cálculo, pero como dijo Botvinnik a Kasparov, tienes que analizarlo todo con tu propia cabeza. pondre otro ejemplo, aunque del mundo de la economía, estoy revisando libros de análisis economicos y dirección financiera de empresas, y veo los ejemplos que ponen, y por el momento parecen correctos, pero siempre hay gazapos o errores de cálculo y eso implica que el lector tiene que hacer una lectura crítica y revisar los ejemplos y ver que realmente el autor del ejemplo no se equivocado o si y encontrar la solución real al problema planteado. Tengo un amigo que leyo el libro de Kotov -Juegue como un maestro- y dijo que no le aporto nada- no creo que sea tan drástico, cualquier libro de ajedrez, en el cual se expongan tácticas o ejemplos siempre te aporta y creo que Kotov aporta mucho, lo que pasa es que queremos que nos lo den todo masticado y eso no existe. Todo esto me recuerda al cuento de Jorge Bucay sobre el maestro Sufí....
    EL MAESTRO SUFI
    El Maestro sufi contaba siempre una parábola al finalizar cada clase, pero los alumnos no siempre entendían el sentido de la misma…
    – Maestro – lo encaró uno de ellos una tarde. Tú nos cuentas los cuentos pero no nos explicas su significado…
    – Pido perdón por eso. – Se disculpó el maestro – Permíteme que en señal de reparación te convide con un rico durazno.
    – Gracias maestro.- respondió halagado el discípulo.
    – Quisiera, para agasajarte, pelarte tu durazno yo mismo. ¿Me permites?
    – Sí. Muchas gracias – dijo el discípulo.
    – ¿ Te gustaría que, ya que tengo en mi mano un cuchillo, te lo corte en trozos para que te sea más cómodo?…
    – Me encantaría… Pero no quisiera abusar de tu hospitalidad, maestro…
    – No es un abuso si yo te lo ofrezco. Solo deseo complacerte…
    – Permíteme que te lo mastique antes de dártelo…
    – No maestro. ¡No me gustaría que hicieras eso! Se quejó, sorprendido el discípulo.
    El maestro hizo una pausa y dijo:
    – Si yo les explicara el sentido de cada cuento… sería como darles a comer una fruta masticada.

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