martes, 31 de agosto de 2010

Un gran rival a superar

Por el MI Daniel Tapia

Este fin de semana me tocó parar de trabajar con un alumno porque algo muy feo apareció: EL EGO.

Somos ajedrecistas y tenemos que tener algo de EGO para mejorar. Nuestros errores nos tienen que molestar al extremo. Nuestras derrotas nos tienen que dar vergüenza. Así es. Si somos jugadores tenemos que sentir esas emociones. Eso es saludable.

Pero cuando EL EGO nos conquista por total nos convertimos en esclavos. Porque EL EGO domina nuestros pensamientos y nos hace actuar diferentemente y transformar en personas diferentes.

Mi alumnito, llamémoslo Fulano, que tiene 10 años es un niño con muchos gustos. A veces no sé si el ajedrez le guste mucho pero hace el esfuerzo y tiene 1460 de ELO (¿o EGO?). Otro alumnito, llamémoslo Dragón Chiquis, que tiene 6 años es un niñito tierno y muy concentrado aunque se desvía también por su inmensa curiosidad. Dragón Chiquis tiene 860 de EGO (¿o ELO?).

Fulano siempre está cometiendo errores bobos y es muy consentido. Yo quería ponerle un reto. Quería que jugara con mi alumnito, Dragón Chiquis. Claro, el lector inteligente preguntará “¿Cuál es reto si Fulano tiene 1500 de ELO y 10 años? ¡Dragón Chiquis no tiene chance! Sólo tiene 860 de ELO y 6 años, ¡esto es abuso!”

¿Cuál es el reto entonces? A veces salimos de nuestras zonas cómodas cuando nos toca jugar con alguien que es “mucho más débil.” Para Fulano que siempre comete errores bobos, él tendrá que evitar de hacer un error bobo para asegurarse de la victoria. Habrá presión porque él, su mamá, yo y Dragón Chiquis sabemos que casi no tiene chance de perder.

Cuando empezaron a jugar, Dragón Chiquis se encontró con una posición muy mala después de cometer un error que es típico de un niño de 6 años. Pero siguió luchando porque tiene el corazón de un campeón y es por esa razón que organicé este matchecito. Dragón Chiquis pelea mucho y incomoda a los pelados que son mayores con su estilo.



¡Vaya Partida! Con defensa divina el bebé de 6 años aguantó y pudo lograr hacer las tablas.

Jugaron otra y por razones raras el servidor de ICC le dio a Dragón Chiquis las blancas de nuevo?!



Después de ver esta partida me quedé asombrado porque confirmó que tengo un futuro GM en mis manos para formar. Me gustó mucho la partida porque le puedo mostrar a mis alumnos y a Fulano lo que pasa cuando uno no sigue los fundamentos estratégicos de la apertura: desarrollar rápido y enrocarse o por lo menos tener el rey en una posición segura. Mis alumnos pueden ver cómo Dragón Chiquis atacó desarrollando rápido, enrocándose rápido y utilzando sus recursos.

Un día después del matchecito. La mamá de Fulano dijo que le había “enseñado” a Dragón Chiquis la forma de ganarle a Fulano y que lo obligué a jugar dos partidas con negras. Dijo que yo era un aprovechado y un chiste de entrenador porque quería quitarle la confianza a Fulano.

Dijo que ya no quería que yo fuera el entrenador de Fulano.

No ve el punto. Si Fulano está bravo está bien. Si tiene que ponerse bravo para aprender los fundamentos de una apertura entonces está bien. Si se cae, qué se levanté sólito para que aprenda.

Cuando EL EGO nos da ganas de competir y corregir nuestras fallas es bueno. Pero cuando EL EGO nos para de competir por miedo de perder nos está conquistando. Cuando EL EGO no deja que una mamá permita a su hijo jugar con un niño de 6 años EL EGO ha ganado y ha transformado a la persona en una esclava.

¿Cómo va a mejorar Fulano si no pierde y analiza sus derrotas?

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