Sin embargo, eso es sólo un paso, importante sin duda, pero sólo un pequeño paso. Debemos ser capaces de resolver los problemas nuevos, sean estos más o menos complicados, con que nos encontremos sobre el tablero. Sólo será esta capacidad, la de lograr resolver por nosotros mismos los problemas mientras nos encontramos en una partida "viva", la que defina nuestra fuerza de juego real.
Hoy les propongo que intenten resolver el siguiente problema, asumiendo que están en una situación de torneo, esto es con un tiempo limitado para resolverlo y asumiendo que no seremos capaces de ver absolutamente todo lo que vendrá al tomar nuestra decisión.
La posición que nos interesa es la que surge tras:
1.d4 Cf6 2.c4 e6 3.Cc3 Ab4 4.e3 c5 5.Cf3 Cc6 6.d5
Esta es una continuación inusual. Por lo general, las blancas juegan 6.Ad3.
6...Ce7 7.d6 Cf5 8.Dd3
En la presente posición las blancas amenazan jugar e4, luego e5, de esta manera defender el peón de d6. De lograr hacer esto impunemente, el negro, muy probablemente, quedará casi asfixiado. Por tanto, el segundo jugador debe encontrar una solución a este problema.
Juegan las Negras
La solución la pondré el miercoles para de esta manera evitar que la miren sin querer. ;-)
Quisiera enfatizar que tengo la firme creencia de que, para el jugador práctico, esto es uno que está preocupado sobre todo por mejorar su ajedrez - léase su capacidad de hacer puntos en un torneo-, llegado un cierto nivel, la adquisición de nuevos conocimientos no debería ser lo principal. Para ellos sería mucho más útil entrenarse en su capacidad de resolver problemas -sean estos del índole que sea-.
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